Caracola ocupada por ermitaño, Punta de Jandía, agosto 2006
Su concha es alargada y estrecha y tiene una coloración variable predominando los tonos amarillos y grisáceos. Presenta unos gránulos salientes en las vueltas de la espira y un canal anterior aparente.
Es una especie muy frecuente en los fondos canarios, donde pasa desapercibida, por su pequeño tamaño y su escaso atractivo para el buceador. Puede vivir tanto en fondos rocosos como arenosos. Se alimenta de algas y detrito.
Es una de las conchas más utilizadas por los ermitaños de los charcos, junto con los géneros Osilinus, Littorina y Columbella.
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